No cabe duda que la cal es una de las
señas de identidad de Morón. Las entrañas de nuestras montañas
nos proporcionan la piedra caliza, que horneada por nuestros caleros
produce
la bendita cal, la misma que enjalbegó Andalucía durante siglos. En el
siglo XIX ya se hablaba de nuestro producto señero en la prensa. Así en
1835 se comentaba su utilización en la ornamentación de los Reales
Alcázares de Sevilla:
De lo mismo venía a dar cuenta un Romance en 1840:
Ese mismo año se hablaba de nuestra cal en la novela "La Alameda del Peregil", que se publicaba por fragmentos en el diario "El Nacional":
En 1847, por ocurrencia de alguien, nuestra cal blanqueó la Torre del Oro, lo que no fue del agrado de muchos:
También sorprenderá este otro uso que se le daba a la cal: elemento filtrante para recipientes que fueran a contener vinos:
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